Miedo

Muchas veces los Dominantes y los seres sumisos tenemos miedo. Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar de nuestros actos, de nuestras formas, de nuestros sentimientos, de nuestras conductas.
Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no somos quienes somos, cuando queremos decir que sí. Nos callamos nuestras formas cuando queremos gritar y gritamos contra todos cuando deberíamos cerrar la boca.
¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez, solo seremos lo que hoy somos. No hay tiempo de tener miedo. Hemos de hacer y vivir lo que sentimos y necesitamos. Atreverse a ello es nuestro reto. Dominantes o seres sumisos.
Olvidemos que nos están observando. Tenemos que intentar la jugada imposible, vivir nuestra propia vida. Correr el riesgo. No hay que preocuparse por ser aceptado. No debemos conformarnos son ser uno más. Nadie nos dirige nuestra vida. Nadie nos obliga. Seamos nosotros mismos. No tenemos nada que perder y todo por ganar, por vivir, por sentir, por saborear, hasta nuestros propios miedos ante la dificultad. Muchas veces creemos en el destino. Esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo más importante. ¡Creer en nosotros mismos! En nuestras propias vidas alrededor de nuestro mundo tan apasionante como es el BDSM.
Nos conformamos en vez de esforzarnos en aprender mas, en saber mas, en ser mejores. Sin pensar que cada día que pasa negándonos lo que somos nunca volverá. Nada está escrito en nuestras vidas, somos nosotros quien las dirigimos. Nada está hecho, tenemos que seguir formándolo y desarrollándolo. Todo depende de nuestra voluntad, de nuestros deseos. De esa fuerza que nos sale de adentro, de esa parte que muchos llaman oscura, porque no tienen nada que la ilumine, que le de sentido, que le haga sentirse mas vivo. De decir "si puedo" a cada desafío. Tenemos el poder de ser nosotros mismos. Cuando estamos decididos a ser quien sentimos en nuestro interior hemos de luchar. Cuando estamos convencidos, cuando de verdad queremos algo, no hay obstáculo capaz de imponerse a nuestros verdaderos deseos, digan lo que digan de nosotros. Si queremos podemos llegar alto, hacer lo que sea... Sólo hay que proponérselo, ir a por ello. Si sueñas con ser la persona mas feliz en tus actos... Si sueñas con látigos, cuerdas, dolor y placer... Si sueñas con ganar el pulso a tus propios deseos... Despiértate y vívelo!!
Dentro de nosotros hay 206 huesos y más de 700 músculos esperando a ser usados de miles de maneras, que los seres humanos se niegan a sentir. Sólo falta nuestra decisión de hacerlo, de sentirlo. Ganas de jugar como nunca. Enfrentarse a nuestro propio destino. No seamos solo un espectador ante nuestra propia vida. Hemos de tomar las riendas y ser nuestros propios dueños, manéjalas o entrégalas a quien deseemos que las maneje para nuestra propia felicidad. Exijámonos más y más. Vivamos la vida no solo los días de fiesta, hagamos que cada día sea una fiesta. Caminemos cada día un poco más lejos. Saltemos cada día un poco más alto. Seamos Dominantes o seres sumisos. Cuando no esperemos nada de los demás para ser quienes somos, fortaleceremos nuestro espíritu y podremos Dominar o entregarnos con fuerza, convicción y destreza.
Poco a poco, las voces se convertirán en ovaciones. Nuestros actos se llenarán de logros, y nuestra vida de sentido. Cada lágrima, cada suspiro que logremos exteriorizar es un paso mas a nuestra propia felicidad.
Están los que usan siempre el mismo dogma, que ni siquiera es suyo. Están los que llevan a cuestas sus propias mentiras, los que hacen promesas, los que imploran, los que creen en otros sin conocerlos.
Y estamos los que seguimos avanzando cuando mas difícil es el camino. Los que seguimos jugando cuando se nos acaba el aire. Los que seguimos luchando cuando todo parece perdido. Como si cada vez, fuera la última oportunidad que se nos presenta. Convencidos que la vida misma es un desafío. Sufrimos sin quejarnos. Porque sabemos que el dolor pasa. El sudor se seca. Las lágrimas desaparecen. El cansancio termina. Pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado.
En nuestros cuerpos corre la misma sangre que en los demás. Lo que nos hace diferentes a ellos, es nuestro espíritu. La determinación de alcanzar nuestro objetivo. Un objetivo al que no se llega superando a los demás. Sino superándose a uno mismo.
El mundo BDSM solo esta al alcance de las manos de aquellos que tenemos el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir nuestros sueños, si, diferentes a los demás, pero nuestros, no dejemos que nos los arrebaten por no ser como los suyos.
El Miedo es aliado de la prudencia, pero no el límite de nuestros caminos.

Publicado por DidaK

4 comentarios:

descalza dijo...

Bueno, no creo que BDSM requiera de más valentía que otros aspectos de la vida...

Lo importante, efectivamente, es creer en nosotros mismos.

Un saludo

Farid dijo...

Muy interesante este artículo, mucho.

Menos miedos, menos ensoñaciones y más vivir.

Un saludo, un cálido saludo kaya.

alexia {All} dijo...

Me encanta esta entrada y me quedo con esta estrofa:
" Cuando no esperemos nada de los demás para ser quienes somos, fortaleceremos nuestro espíritu y podremos Dominar o entregarnos con fuerza, convicción y destreza"
El día que aprendemos a darnos por completo sin temor a lastimarnos, experimentamos de verdad con la piel, el corazón y el alma...

Besitos de canela Kaya,desde mi pequeña orilla

kaya dijo...

*descalza desde luego que para todo en esta vida, lo importante es creer en nosotros mismos.
Yo pienso que en cuanto mas te involucres en algo, mayor es el riesgo. Y mayor todavía si encima este depende, en cierta manera, de otra persona.
Gracias por visitarme y por comentar :)
Un beso

*Mi querido Farid celebro que, una vez mas, coincidamos en gustos ;)
Me ha gustado especialmente lo que dice de "menos ensoñaciones"
Gracias por su fidelidad, muchas gracias :)
Un besito

*alexia {All} has escogido un párrafo para no olvidar.
Cuando no se espera nada de nadie se ahorra uno muchas decepciones ;)
Gracias por pasarte y dejar tus palabras.
Un besito muy cariñoso.