Cinturones de castidad

El efecto primario del cinturón de castidad, bajo cualquier condición de uso, sea seria o no, es hacer imposible para la mujer que usa uno, la cópula, la masturbación, o tomar el papel pasivo-receptivo en el sexo oral. Esto se logra cubriendo sus órganos genitales externos con un protector que impida la entrada a su vagina y aisle su vulva de cualquier estímulo físico. Ese protector se mantiene en su lugar con una cerradura. El portador del cinturón puede o puede no tener la llave. Si se utiliza el cinturón seriamente entonces la sumisa no tendrá acceso a esta llave. Esta situación es lo que se llama una regla terminante. Bajo la regla terminante del cinturón de castidad, toda la responsabilidad de la conducta sexual del portador se transfiere enteramente al poseedor de la llave, y cuando se toma totalmente en serio el carácter de la castidad deja de ser algo autónomo.
Es necesario recordar en cualquier uso del cinturón de castidad que la mujer es totalmente dependiente del portador de la llave, ya que ha de ser quitado antes de poder masturbarse copular o recibir estímulo oral en sus órganos genitales, por lo tanto, con la excepción posible de una mujer con los pechos excepcionalmente sensibles, no podrá experimentar ningún orgasmo.
Aunque todos los diseños de los cinturones de castidad proveen la salida de la orina, la realidad es que los órganos externos han de limpiarse después y esto es imposible con el cinturón, el residuo de orina si no se limpia generará al menos un olor desconcertante y posiblemente ofensivo a menos que ese sea el efecto deseado para la humillación de la sumisa; en todo caso, los residuos de orina dejados durante mucho tiempo, pueden provocar irritación en la piel.
También dificulta la higiene durante la menstruación.
Por otra parte una mujer durante la excitación sexual segrega un lubricante para facilitar la cópula sexual, este lubricante cuando está fresco tiene un olor agradable y excitante, señala la preparación inminente para copular, sin embargo cuando este olor es añejo, no es agradable para todo el mundo, aunque puede ser excitante para muchos. Sus residuos también pueden irritar la piel.
Tampoco el cinturón permite la salida de las heces.
Todo esto significa que una mujer que usa un cinturón de castidad necesita más cuidado y atenciones que si no lo usa, se debe estar constantemente pendiente de sus necesidades de la misma forma que ella es dependiente del portador de llave y no se debe ser negligente en el tema higiénico-sanitario.
El cinturón de castidad es un elemento de juego con una gran carga erótica y da al Dominante la sensación de poder absoluto sobre la sexualidad de su sumisa, se puede utilizar como elemento de castigo o para la privación total de estímulos externos en los órganos genitales femeninos durante el juego. Puede ser un elemento fetichista de primer orden.


Publicado por Ama Estricta

2 comentarios:

minerva dijo...

Me ha gustado el artículo que aunque parezca obvio todo lo que se dice, nunca está de mas recordarlo.
Un besito guapa :*

kaya dijo...

Gracias, cielo.
Me alegro de que te haya gustado.
A mi me pierde el tema medieval, me encanta este fetiche aunque... debe ser mas que incómodo :(
Besines, lindita :)