Palabras de los dos


PALABRAS DE AMO
Soy tu Amo porque he ganado tu confianza y he abrazado tu sumisión. He mirado en tu corazón y en tu mente y he visto claramente tus deseos y pasiones. Has dejado fuera tus temores e inhibiciones, me has hablado de las necesidades de tu cuerpo y de tu corazón, me has dado total acceso a tu alma y yo acepto esa responsabilidad y ese honor.
Eres una mujer, no eres ni débil ni inferior por ello, eres un tesoro a quien cuidar. Tengo la fuerza del cuerpo y la mente y la necesidad instintiva para protegerte poseerte y defenderte. Tu confianza en mí, me da coraje y me guía, tu fuerza dispersa mis dudas, tus necesidades y deseos alientan mis esfuerzos
No somos iguales. Somos mitades de un todo, nos complementamos el uno al otro.
Mi deseo de dominación es instintivo, mi deseo no debe degradarte, no lo pretende, porque estoy seguro que eres encantadoramente femenina. Cada uno de nosotros reconoce y acepta nuestro valor y nuestra necesidad de confiar en alguien y cumplir nuestros deseos.
Te quiero segura, fuerte y orgullosa de ser mujer, no te sometes como aceptación de inferioridad, si no por la fuerza y la pasión de entrega que hay en ti, por tu espera de un hombre fuerte, por el deseo de crecer bajo la fuerza y el control de un hombre, por el deseo del control sobre tu cuerpo, la confianza, la honestidad y la fidelidad de tu corazón.
Sé que te entregas porque he ganado tu confianza, porque te he abierto mi corazón y mi alma, porque he escuchado tus palabras, con el oído y el corazón, y he aprendido a anticipar tus necesidades y tus emociones. Y porque soy digno a tus ojos, me has dado el mayor tesoro, el dominio sobre ti.
Lo que me has dado es puro, es natural, es el obsequio más hermoso que una mujer puede dar a un hombre, me has dado la certeza inquebrantable de tu compromiso hacia mí, tu entrega es un obsequio y una responsabilidad sagrada, y la acepto con humildad y alegría. Entiendo el valor y la pureza de este regalo, lo reconozco en tu cuerpo y en tu alma, en tu corazón y en tu mente.
Te domino porque lo has permitido, te domino porque cuando te arrodillas ante mí es por propia voluntad; En mi mente y en mi corazón te elevas por encima de cualquier otra mujer y de cualquier tesoro sobre la tierra, porque lo que me ofreces libremente no puede comprarse ni tomarse por la fuerza.


PALABRAS DE sumisa
La sumisión no es sólo sexo. La sumisión no es algo que se pueda aprender. La sumisión es belleza. Es la belleza que refleja el alma de una mujer sumisa
La sumisión no es sólo sexo, es sensualidad, es confianza, es comunicación, vulnerabilidad, cuidado, entrega y honradez. La sumisión es saber quién soy y lo que deseo.
La sumisión es libertad. Es ser yo misma, sabiendo que MI AMO está allí para apoyarme si tengo dudas.
Es aprender a ser lo mejor que puedo ser. Es aprender a crecer, es aprender a dar.
La sumisión no es ver la vida de color de rosa, la sumisión es también dolor. No hay crecimiento sin dolor. No hay libertad sin lucha interior. No hay sensualidad sin derribo de las barreras que los años me han construido alrededor.
La sumisión desafía la imaginación y enciende dentro algo cálido, un calor que me prepara para abrazar y esperar con todas las fibras de mi ser.
La sumisión es una emoción, un hambre de Amor y entrega, satisfecha solamente por Mi AMO.
La sumisión es un regalo. El regalo de mi misma, de mi esencia, de mi compromiso emocional que fluye del origen al destino y retorna para sentir la plenitud . Una emoción. Un regalo. Un ofrecimiento. El regalo del placer de un corazón a otro. La sumisión es cálida, la sumisión es suave, la sumisión no tiene medida, no se puede cuantificar, sólo se puede sentir... es una emoción.
La sumisión es como una cascada. Es constante, fluye imparablemente y como una cascada su fuente es un misterio.
La sumisión es una metáfora. Es luz en la oscuridad, es la caricia de un copo de nieve en mi hombro, el mecerse de las flores en el viento, el olor del otoño en medio de la nada. La sumisión crece y me envuelve, tiene vida propia... es una emoción.
La sumisión son mis ojos cuando te miro.... es tu susurro en mi oído.... es tu voz severa cuando me humillas.... es el dolor cuando me niegas tu mirada.... es el tacto de tu mano cuando el miedo asola mis ojos.... es una lágrima que resbala por mi mejilla mientras te espero.... es el dolor en mi mirada cuando te veo alejarte en la niebla, mientras me siento sola y desvalida.... es la entrega a tus deseos.... es una marca en el alma, de orgullo y honor.... es el regalo de mi entrega y obediencia. La sumisión es la aceptación de sus deseos cuando sangra el corazón y las manos están vacías de todo menos de Esperanza.

Anónimo

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