Armarios de Cuero

ARMARIOS DE CUERO:
BDSM RELATOS DE VIDA
Autores: Olga Viñuales y Fernando Sáez
EDICIONES BELLATERRA, S.A.
238 pags
Año de edición:2007
Plaza edición: BELLATERRA
TEMA: BIOGRAFIAS
PVP: 20€

En Armarios de Cuero, doce personas narran las respectivas trayectorias vitales que les han llevado a vincularse, de una forma u otra, al mundo BDSM. A lo largo de sus páginas el lector asistirá a los diferentes procesos personales, a veces convergentes, a menudo diversos, mediante los cuales sus protagonistas han explorado unas formas de erotismo que divergen radicalmente de los patrones de sexualidad al uso. También identificará los diferentes discursos con los que éstos han reaccionado frente al estigma que la sociedad ha hecho recaer sobre dicho erotismo. Al margen de la pluralidad del universo BDSM que refleja su contenido, el título del libro pretende recalcar un elemento que subyace en la mayoría de las narrativas y que contrasta de forma llamativa con el posicionamiento público de otras sexualidades disidentes: como señala Maîtresse, en el BDSM «el armario forma parte del atrezzo».
«Aún llevo tus marcas, que hago mías por llevarlas en mi piel. Pero yo no soy más que la simple portadora, la mera carcasa que las lleva. Las marcas son tuyas y, cuando las miro, si bien me retrotraen al momento placentero de recibirlas, siempre acaban llevándome a ti, a tu placer, a tu imagen gozando. Miro mis pechos marcados, mis pequeñas heridas, las distintas tonalidades y colores con los que has grabado mi cuerpo. Me entristece verlas desaparecer. Tristeza que palio pensando que cuanto antes se borren antes podré pedirte que me regales otras. Yo, la que en un principio se negaba a ir marcada, casi ya no sé estar sin tu firma. Gracias.» Carmen
*Comentario publicado por sumiso bruma:
A continuación detallo algunos párrafos del siguiente personaje del libro mencionado en el título de este artículo. Se trata de Maitresse (Dómina en francés). Es una Dómina amateur.
" El BDSM es para mí una faceta más de mi vida y una parte activa de mi sexualidad, aunque a menudo no incluya el coito".
" La gente suele constreñir el erotismo a un tiempo, un espacio y un abanico de imágenes en concreto. En el juego de la dominación, por el contrario, lo más importante, es dejar volar la fantasía y no limitar el juego erótico a una serie pautada de estímulos y respuestas. Se trata, por tanto, de sobrepasar mediante las infinitas posibilidades que brinda la imaginación las estrechas fronteras que el sexo convencional tiende a imponer a los sentidos. Es la fantasía -y, por supuesto, la parafernalia y las escenificaciones que siempre la acompañan- lo que realmente distingue el BDSM como modalidad erótica."
" El aspecto que más me seduce de la dominación es la sensación de poder y control que el rol dominante me proporciona, no ya simplemente sobre el sumiso, sino también sobre mí misma. Contemplar cómo la persona que tienes enfrente se despoja de sí misma y te cede el bien más valioso que posee, sentir que te brinda su entrega, su voluntad, es una de las sensaciones más intensas y plenas que es posible experimentar, y más difícil de explicar con palabras."
" El BDSM debe concebirse como un erotismo basado en una relación asimétrica en la que el sumiso desea libremente depositar su voluntad en el Dominante, quien, a su vez, debe hacer méritos suficientes y demostrar, así, ser digno de esa entrega que se le ofrece. Es una simbiosis singular entre Dominante y sumiso basada en un juego asimétrico de voluntades, en un toma y daca constante entre dos personas que buscan el placer en un juego de roles, que desarrollan sus fantasías al unísono, mutuamente compenetradas, la una a través de la otra."
" A partir de entrar en contacto con los canales BDSM, no sólo descubrí que existían más personas con los mismos gustos eróticos que yo, sino también que había palabras específicas que definían aquellas cosas que yo había practicado sólo para aderezar el sexo con mis anteriores parejas."
" Creo que la voluntad de practicar BDSM con el cónyuge entraña ciertos riesgos que es necesario ponderar. Desde mi punto de vista toda relación entre Dominante y sumiso está indefectiblemente destinada, tarde o temprano, a agotarse en sí misma. Transcurrido un tiempo variable, la relación de dominación únicamente puede tomar dos caminos: o se rutiniza y autodestruye (puesto que la sorpresa y la imaginación -el oxígeno que respira-se agotan) o, por el contrario, surge el enamoramiento en el seno de la relación BDSM, transformándose así en una relación sentimental que va más allá del vínculo afectivo establecido entre Dominante y sumiso. Cuando esto último sucede, lo más sensato en mi opinión es desistir de la relación BDSM. Porque una vinculación emocional tan intensa como la que entraña el enamoramiento y la relación conyugal es, de alguna manera, incompatible con el tipo de relación asimétrica que implica la dominación."
" Por eso no creo en las relaciones 24/7. La relación de pareja debería permanecer siempre por encima del BDSM. En cierta forma, abusar del poder es una tendencia innata del ser humano, y el BDSM no tiene en absoluto nada que ver con los malos tratos."
" Mi forma de entender el BDSM siempre ha sido mucho más lúdica..., menos trascendente. Todos tenemos una vida al margen del BDSM, una vida, unas exigencias, unas responsabilidades que no podemos posponer o abandonar por las buenas cuando a la otra persona le plazca. Por lo tanto, la disponibilidad absoluta es inviable, y si lo fuera no sería saludable ni sensata."
" En el territorio BDSM el armario forma parte del atrezzo".
" Creo que mucha gente tiende a situar el BDSM en el centro de su existencia y llega a convertirlo en una obsesión, incluso en una droga, algo que anteponen a cualquier cosa y que configura por completo su identidad. Se lo toman tan en serio que a veces pierden la perspectiva y se olvidan de que antes que nada se trata de un juego. Un juego en el que se activan e intercambian emociones y sentimientos profundos, pero un juego al fin y al cabo. Para mí el BDSM ha sido siempre una parte más de mi vida, de mi sexualidad, un espacio reservado para el placer y nada más (lo cual no es poco, dicho sea de paso)."
" Quiero decir que, si bien es algo que me llena plenamente y de lo cual disfruto, por nada del mundo dejaría que acaparase todo mi tiempo, ni tampoco que afectara demasiado a otras facetas de mi vida que están más arriba en mi escala de prioridades, como son mi relación de pareja, mis hijos, mi familia, mi trabajo... "

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